Tres estudiantes de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) participaron de un intercambio académico, por medio del programa Erasmus +. De esta manera, las becadas Rocío Fernández, Stefania Violi y Camila Faraldo viajaron a la Universidad de Split, en Croacia, donde vivieron una experiencia enriquecedora para su formación académica y cultural.

Al respecto Faraldo, estudiante de Enfermería, compartió su entusiasmo al recordar su estadía en la universidad croata. “A mí me encantó la experiencia, la verdad es que estuvo espectacular”, expresó. Además, destacó la calidad de las instalaciones, los simuladores y las numerosas prácticas en hospitales que le permitieron conocer más sobre la salud pública en Croacia.

También, mencionó el papel fundamental de la Erasmus Student Network Croatia (ESN), que organizó diversas actividades, como recorridas a parques nacionales, para fomentar la integración entre los estudiantes de intercambio. Con respecto al acompañamiento de la UNLaM, Faraldo hizo hincapié: “Fue buenísimo; siempre hubo una comunicación fluida y nos sentimos muy acompañadas”.

El desafío de la adaptación

Por su parte, Stefania Violi, quien recientemente se recibió en Ingeniería en Informática, reflexionó: “La adaptación fue complicada, ya que la cursada era distinta a la de la UNLaM. Tenías que pautar las clases con el docente, lo que hacía que el sistema fuera más autónomo. Era una cursada que llevabas a tu ritmo”, explicó. 

Además, la estudiante se sorprendió por la formalidad en la comunicación entre compañeros y docentes, un aspecto que consideró diferente a su experiencia en Argentina. A pesar de los desafíos, disfrutó de actividades organizadas por la ESN, como bingo, excursiones y karaoke, y también exploró varios lugares de Europa.

“Conversar con estudiantes que ya habían hecho este intercambio fue muy útil; nos ayudó a entender lo que no sabíamos”, comentó en relación al acompañamiento que recibió. Asimismo, destacó el apoyo constante de la Secretaría de Relaciones Internacionales y del decano del Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas, doctor Gabriel Blanco.

Finalmente, Rocío Fernández, también estudiante de Ingeniería en Informática, enfatizó la importancia de la adaptación en su experiencia. “Lo que más define este intercambio es la adaptación, tanto cultural como académica”, apuntó. 

Ella explicó que las clases se organizaban en un sistema de tutorías, donde los estudiantes elegían los temas a estudiar y el docente actuaba como guía. Además, detalló: “Fue enriquecedor conocer temas que aquí no vemos y poder intercambiar conocimientos con estudiantes de otra cultura, especialmente en informática orientada a negocios, donde aprendí sobre el proceso de patentamiento y el marco normativo de allá”.

A manera de cierre, Fernández destacó: “El acompañamiento de la UNLaM fue fundamental, ya que era una universidad desconocida para nosotras y teníamos muchas dudas. Nos sentimos muy respaldadas por la Secretaría de Relaciones Internacionales, el Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas”.

Fuente: UNLaM