La Universidad Nacional de Río Cuarto dio un paso inédito: aprobó la creación de SoyGreen, su primer spin-off institucional. La decisión, tomada por unanimidad en el Consejo Superior, marca un nuevo modelo de vinculación entre ciencia, empresa y territorio, con impacto directo en uno de los sectores más estratégicos de la región: la agricultura.
Este emprendimiento nace del trabajo científico liderado por el investigador Fabricio Cassán, junto a su equipo del Departamento de Ciencias Naturales y el INIAB-CONICET. La propuesta: desarrollar bioinsumos basados en microorganismos capaces de mejorar el rendimiento de los cultivos y, al mismo tiempo, disminuir las emisiones y el impacto ambiental. “La tecnología se crea dentro de la universidad. Eso garantiza calidad científica y permite que cualquier beneficio económico vuelva a la institución”, explicó Cassán.
La secretaria de Extensión de la UNRC, Fabiana D´eramo, destacó que el spin-off no convierte a la UNRC en accionista, pero sí en acompañante institucional: ofrece marca, infraestructura, asesoramiento y respaldo técnico para que la empresa logre escala.
SoyGreen se enfoca en un problema global y urgente: el aporte del sector agropecuario al cambio climático. Su primer desarrollo, SoilGreen Soja, busca reemplazar parte de la fertilización química por soluciones biológicas, reduciendo costos para los productores y disminuyendo las emisiones contaminantes. “
El proyecto también abre un debate clave para las economías regionales: cómo transformar conocimiento científico en desarrollo productivo real, especialmente en provincias agrícolas como Córdoba. En un país donde la innovación suele depender de iniciativas aisladas y la inversión en ciencia es intermitente, la consolidación de spin-offs puede convertirse en una herramienta estratégica para la competitividad territorial.
De cara a lo que viene, tanto Cassán como Del Amo anticipan que este es solo el comienzo. La UNRC ya tiene otros grupos con proyectos listos para escalar y la demanda del sector agropecuario por biotecnología aplicada no deja de crecer. “Si esto se multiplica, la percepción social sobre el valor de la universidad será completamente distinta”, sintetizaron.
El desafío ahora será convertir este modelo en un sistema estable, capaz de sostener y potenciar nuevas empresas científicas que surjan desde el interior del país.