Con la llegada de las bajas temperaturas y el uso intensivo de sistemas de calefacción, el director de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Fasta, Esp. Ing. Marcelo Ragonese, brindó una serie de recomendaciones fundamentales para prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono (CO) en el hogar.
“El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro e insípido, producto de una combustión incompleta. Su peligrosidad radica en que es indetectable por nuestros sentidos. Tiene mayor afinidad por la hemoglobina que el oxígeno, lo que impide que este llegue a los tejidos del cuerpo. La falta de oxígeno puede provocar pérdida de conciencia, daño cerebral e incluso la muerte, especialmente en ambientes cerrados con poca ventilación”, explicó Ragonese.
Para minimizar los riesgos, el especialista subrayó la importancia de asegurar una buena ventilación: “Es fundamental ventilar los espacios incluso en invierno y verificar que los artefactos a gas sean de tiro balanceado, sobre todo en dormitorios y baños. Abrir una ventana o mantener una puerta entreabierta puede hacer la diferencia”.
Ragonese también destacó la necesidad de realizar controles anuales a los artefactos de combustión por parte de un gasista matriculado: “La revisión debe incluir la verificación de las salidas al exterior y el correcto funcionamiento de la combustión. No se deben usar hornallas ni hornos para calefaccionar, ya que pueden generar niveles peligrosos de monóxido”.
Aunque el CO no tiene olor, color ni sabor, hay señales indirectas que pueden advertir sobre su presencia. “Llamas de color amarillento o naranja en lugar de azul en estufas, manchas de hollín cerca de los artefactos, o síntomas como dolor de cabeza, mareos y náuseas pueden ser señales de alerta”, advirtió.
El especialista recomendó, además, el uso de detectores hogareños de monóxido de carbono: “Estos dispositivos, que funcionan con baterías o conectados a la red eléctrica, son cada vez más accesibles. Incluso hay modelos que se integran a sistemas de alarma o automatización del hogar”.
Por último, insistió en que la ventilación cumple un rol clave en la seguridad: “Uno de los errores más frecuentes es cerrar completamente las aberturas por el frío. Eso aumenta el riesgo. También es común no realizar controles periódicos a los artefactos, lo cual es indispensable para una calefacción segura”.