miércoles 26 de junio de 2024 - Edición Nº2030

Universidades Públicas | 18 jun 2024

Universidad Nacional de Rosario

El derecho al agua y la esperanza

El rector de la UNR, Franco Bartolacci participó de un panel en el XXII Congreso Argentino de Ingeniería Ambiental que se realizó en Rosario.


“Desde nuestra Universidad hemos tratado en estos temas estructurales de apostar a la formación y la capacitación, que son tareas primarias, ineludibles y básicas de educación superior. Al mismo tiempo hacer ciencia, producir conocimiento, tratar de compartir esa voz públicamente y generar actividades de compromiso social que aporten en la misma dirección. Darle jerarquía y centralidad institucional. Asumir cierto liderazgo en la construcción de esa agenda. Si hay un tema que transversalmente interpela cada uno de esos ejes, es la problemática ambiental y la del agua específicamente. Queremos poder contribuir a darle otra centralidad a estos temas que a veces se abordan marginalmente” expresó el Rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Franco Bartolacci en el XXII Congreso Argentino de Ingeniería Ambiental que tuvo sede en Rosario del 12 al 14 de junio.

Las jornadas se realizaron en el Salón Metropolitano con la organización de Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (AIDIS Argentina) que impulsa como prioridad el abordaje de las diferentes problemáticas en relación al agua y los desafíos que los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad enfrentan para lograr la sostenibilidad de sus acciones de cara al año 2030.

Bartolacci participó del panel que fue coordinado por el Prof. Luis Liberman, rector del Instituto Universitario del Agua y el Saneamiento quien inició el encuentro con un interrogante sobre el nombre de la charla denominada “Agua y esperanza”, en la que también participaron, Guillermo Lanfranco, de Aguas Santafesinas; Ariel Monzón de Obras Sanitarias; y Mariana Carriquiriborde, vicerrectora del Instituto del Agua.

“¿Qué es esto del agua y la esperanza? Nuestra organización tiene muchos años trabajando distintas dialécticas entre el derecho al agua y problemáticas concretas. Lo hicimos, por ejemplo, junto al Papa Francisco en el 2017, donde nos planteamos la necesidad de darle una centralidad a la gestión eficiente de los servicios de agua y saneamiento, a la innovación, la ciencia y la tecnología, reivindicando el rol del Estado. en la gestión y operación de los servicios de agua y saneamiento. Pero va todo junto, gestión y operación de servicios estatales del agua y saneamiento que tienen que ser eficientes e innovadores, y esto implica la inclusión”, resumió Liberman para enumerar distintos países donde participaron en procesos de paz relacionados también al derecho al agua.

“Es una especie de pensar que el derecho al agua, al derecho a la paz, es una necesaria construcción que requiere de comunidad, que requiere de comunicación, que requiere de educación, que requiere de tecnología, que requiere de trabajo”, agregó Liberman.

Aunque alertó: “Vemos con preocupación el impacto del cambio climático en la transformación antrópica, producto de la deforestación, de la depredación salvaje de nuestros recursos naturales, como la temperatura en la Tierra aumenta e impacta directamente en nuestras formas de vida. Si no resolvemos algunos problemas de fondo, no podemos refinanciar los ODS en las metas, porque no habrá futuro, y ese es el desafío. Y aquí surge la esperanza. Si el derecho al agua es el primer derecho, el derecho a la esperanza es sencillamente el derecho a tener un derecho. Y eso nos convoca en términos de comunidad política, de comunidad de conocimiento, de prójimos. Porque si no trabajamos la esperanza, la sociedad se descompone. Y la esperanza es ese combustible que nos permite ir mucho más allá de esos límites que tenemos”.

A su turno, Bartolacci primero destacó la participación de la Ing. Virginia Pacini en la organización en representación de la UNR, y luego instó a una transformación real para que los decisores de política pública empiecen a accionar para revertir la situación actual. “Tenemos datos duros que son realmente contundentes. Lo que pasa con el agua en el mundo es realmente dramático. El que no quiere ver es porque efectivamente no lo quiere ver, pero es dramático. Lo que pasa con el agua acá, en nuestras ciudades, y en otras partes del planeta está afectando a mucha gente. La pregunta es si pasa todo esto y pasa tan brutalmente y nuestra Casa Común tiene ese signo de agotamiento brutal, ¿por qué las instituciones y los decisores públicos no son capaces de tomar medidas que puedan revertir la situación?”.

“La universidad puede generar un montón de cosas que ayudan a través de la producción de conocimiento, el desarrollo científico, su uso público y el compromiso social, como lo pone en el ejemplo el equipo de Virginia y tantos otros que tenemos en nuestra universidad, para transformar la vida de las sociedades y si hay una sociedad que destina una enorme cantidad de recursos para sostener esta institución, la universidad tiene que asumir esa tarea. Queremos poder contribuir a darle otra centralidad a estos temas que a veces se abordan marginalmente”, agregó. 

“Creo que si nosotros somos conscientes de que para revertir estas situaciones hay que generar tanto poder social como tienen de poder las corporaciones para que empiecen a tomarse respuestas y la política se vuelva a conmover, que fue lo que perdió capacidad de conmoverse, tenemos que tener también la capacidad de asumir en serio esta agenda, hacia adentro de las instituciones, pero también contribuyendo a que sean priorizadas en la discusión pública”, cerró.

Nota: Micaela Pereyra (UNR) | Fotógrafa: Camila Casero

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