

En Ecuador el ingreso la universidad pública estaba regulada por el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES), además de ser necesario para obtener el título secundario, dicho examen media los conocimientos y habilidades adquiridos durante la educación secundaria y constaba de dos pruebas: una de aptitud académica y otra prueba de conocimientos específicos.
La prueba de aptitud académica evalúa las habilidades en áreas como razonamiento verbal, razonamiento lógico, matemáticas y comprensión lectora. La prueba de conocimientos específicos evalúa los conocimientos en áreas concretas relacionadas con la carrera universitaria elegida por el estudiante. Las notas obtenidas en el examen eran utilizadas por las universidades para determinar la admisión de estudiantes en sus programas de estudio.
A partir del año 2017 la admisión paso a estar a cargo de cada universidad con un solo examen de ingreso, pero asistida por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) mediante la evaluación y selección de estudiantes para el ingreso a las universidades públicas de Ecuador.
De cualquier manera, el ingreso a la educación superior sigue siendo mediante una evaluación y con un sistema de cupos que limita el acceso, este es el panorama para los jóvenes ecuatorianos como Axel, que sueñan con una carrera universitaria.
Al terminar sus estudios secundarios, Axel Campoverde con tan solo 17 años empezó a buscar la manera de salir adelante, sin embargo, sentía que solo podía lograrlo fuera de su país. “Viví seis meses en Rusia junto a mi hermano, me quede todo el invierno y no me gustó la ciudad en la que estaba ni el clima. Además, estuve muy ajustado económicamente así que decidí regresar a Ecuador, busque la forma de estudiar, pero no me gusto la universidad que me asignaron porque me quedaba muy lejos de donde vivía. Es así como luego decido irme a estados unidos para trabajar e intentar independizarme”, explico Axel.
Pero al llegar a Estados Unidos con tan solo 17 años, se dio cuenta que no le sería fácil lograr esa independencia “cuando estaba en Los Ángeles vi lo difícil que era y las oportunidades de estudiar eran muy complicadas. Para pagar el alquiler y la comida debía trabajar más de 8 horas. Pero para trabajar y estudiar al mismo tiempo necesitaba un trabajo part–time, pero este no me alcanzaba para cubrir los gastos”, lamentó.
Y explicó: “Me reuní con mi mamá, le dije que quería estudiar, pero en EE. UU era demasiado caro, las universidades públicas salían como 12mil dólares en ese momento, además de la prueba de inglés. Sabíamos que era muy difícil pagar toda esa cantidad de dinero, sumado a que mi hermano estaba estudiando en Rusia y a mi mama le quedaba difícil mantenernos a los dos.”
Sin embargo, Axel decidió continuar investigando por internet las diferentes universidades que existen en Latinoamérica y sus costos. “Me di cuenta que había otra opción para estudiar y esta era Argentina. Acá la educación es pública y gratuita así que solo debía pensar en mis gastos para vivir. Acordamos una mensualidad de 300 dólares aproximadamente, mi mamá me apoyo y decidí venir al país” afirmó.
Arribó a Buenos Aires en noviembre de 2019, el querer estudiar en el país fue una forma salir de la realidad que estaba viviendo en Los Ángeles. “Trabajar en una bodega todo el día sin ver la luz del sol, no estaba bueno. Pensaba en que no quería ese trabajo y para mí era terrible pensar en que podía quedarme ahí 10 años o más tiempo haciendo siempre lo mismo. No sentía que me enriquecía como persona, no estaba adquiriendo los conocimientos que quería y al ver que otros si seguían sus carreras me di cuenta que no quería seguir siendo el chico que solo arma las cajas”.
En su paso por la universidad pública en Argentina, Axel cuenta que siente que tomó una buena decisión al explicar: “Inicie estudiando diseño en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, pero quería estudiar algo más relacionado con matemática aplicada y me cambie a Ciencias de la Computación. Estoy en el segundo año de la carrera y los tres años y medio que llevo acá en Argentina la he pasado muy bien, al fin estoy sintiendo que voy por buen camino y lo que estoy estudiando me llena”.
¿Qué es lo que más te gusta del país?
-Lo que me gusta de Argentina es que es un lugar en el que se siente lo latinoamericano, no me siento tan alejado de casa. La gente que te encuentras es de todas partes y eso esta bueno. Me gusta la onda social que hay, por ejemplo, el tomar mate, el fernet, compartir el vaso, se me hace como un ritual. El sentarte y merendar juntos, eso no se da en Ecuador, esas instancias de compartir.
-Aquí la cultura es enorme, si quiero me voy a una librería y encuentro literatura de todas partes, a la vuelta de la esquina hay un teatro, siempre hay algo para hacer y lo aprovecho los fines de semana. Las costumbres argentinas me gustan.
¿Qué piensas de la educación pública?
En Ecuador las universidades buenas están en Quito y son pocas, pero el ingreso es muy limitado, hay pocos cupos, te puedes sacar la mejor nota, pero eso no asegura un cupo. Tengo un amigo que saco en su examen para arquitectura 995/1000 y aun así no le asignaron un cupo. Porque la mayoría se venden, hay personas que te pueden dar cupos, aunque te saques menos puntaje, pero debes pagar por eso. Hay gente que paga hasta 10mil dólares para ingresar y eso me parece injusto, por eso no quise estudiar allá. Creo que hay muchas irregularidades en las universidades públicas de mi país.
Es muy complejo decir que la educación pública puede cambiar la sociedad, porque es la misma sociedad la que perturba ese desarrollo hacia el futuro, por tantas irregularidades. Pero al menos nos da esperanza que los que sí puedan hacerlo tengan un mejor futuro.
Es que la universidad pública es una segregación, los que si tuvieron una educación de calidad y tienen los recursos se le es más fácil cursarla. La educación no es una cuestión de crear mejores escuelas y darles los mejores equipos para que aprendan los niños, ya que muchos de esos niños no están en el ambiente apropiado para que puedan estudiar. No quiero generalizar, pero si es más difícil tener una educación de calidad y que realmente termines aprendiendo lo suficiente para la universidad.
Igual también se debe tomar en cuenta de que dependes de la economía del país, porque si eres recién graduado y no encuentras trabajo en tu área terminas por migrar o trabajar dentro de la informalidad. Es que hablar de la educación es un tema muy amplio, pienso yo.
Nota: Deyanith Araujo | Universidades Hoy