viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1941

Universidades Públicas | 7 jun 2021

Ciencia

Investigadores de la UNLP desarrollan alimentos saludables para combatir la malnutrición infantil 

En los laboratorios del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) crean harinas funcionales a partir de cereales y legumbres para cubrir las necesidades nutricionales en los primeros 2.000 días de vida.


La alimentación inadecuada y la malnutrición infantil se convirtieron en los últimos años en la principal causa de morbi-mortalidad a nivel mundial. Investigadores del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), de la Universidad Nacional de La Plata, la CIC y el CONICET desarrollarán y producirán a escala piloto harinas funcionales compuestas y alimentos saludables basados en cereales y legumbres.

Se trata de un avance científico de enorme relevancia, orientado a cubrir parcialmente las necesidades nutricionales de la población materno-infantil hasta los primeros 2.000 días de vida. El trabajo se realizó junto con investigadores del de INTI-9 de julio y del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (CIC – Hospital de Niños Sor María Ludovica).

La Doctora María Cristina Añón, directora del proyecto, ofreció detalles reveladores que expresan la compleja situación que atraviesan las naciones más pobres en relación a la alimentación: “En muchos países en desarrollo, que atraviesan un proceso de transición nutricional caracterizado por modificaciones en la dieta y estilo de vida, coexisten los dos extremos de la malnutrición: por déficit, que incluye deficiencia de nutrientes y desnutrición, y por exceso, que abarca obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras”.

Según estadísticas oficiales, los problemas nutricionales por déficit son responsables de aproximadamente la mitad de las muertes a nivel global en niños menores a 5 años. A ello se suma que las carencias nutricionales durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de morbi-mortalidad materna, las chances de nacimientos prematuros y el nacimiento de niños con bajo peso y hasta limitaciones del desarrollo cognitivo futuro.

Si las carencias persisten en los primeros años de vida, los niños pueden tener crecimiento y desarrollo deficientes, bajas defensas contra infecciones, e inadecuado desarrollo de tejidos, provocando una mala condición general de salud y mayor riesgo de muerte. Asimismo, las alteraciones por déficit o exceso durante la etapa intrauterina y la primera infancia se asociación a un mayor riesgo futuro de contraer enfermedades crónicas no trasmisibles en la edad adulta.

Los últimos estudios en relación a esta problemática a nivel nacional, evidencian que la Argentina no está exenta de estos problemas. Añón explicó que “en este contexto y en función de su impacto en el futuro de la población en particular y del país en general, se elaboró el proyecto de elaboración de harinas funcionales compuestas y alimentos basados en cereales y legumbres destinados a cubrir parcialmente las necesidades nutricionales de la población materno-infantil hasta los  cinco años y medio de vida. El objetivo es lograr alimentos funcional y sensorialmente aptos, capaces de reducir el riesgo de contraer enfermedades crónicas no transmisibles que afectan a esta población”.

Sobre las características y avances del proyecto, la investigadora explicó que “se diseñarán harinas funcionales compuestas, adicionadas con micronutrientes esenciales, que serán formuladas a partir de granos de cereales (maíz, arroz, trigo), legumbres (arvejas, porotos, garbanzos, lenteja) y oleaginosas (lino, chía), bajo la forma de grano o aceite. Se adicionarán además nutrientes críticos como minerales (calcio, zinc, iodo) y vitaminas (A, D y ácido fólico) en aquellos productos que lo requieran utilizando formas químicas recomendadas en el Capítulo XVII Alimentos Dietéticos o de Régimen del Código Alimentario Argentino”.

Según los resultados alcanzadas en los ensayos de laboratorio, cada alimento propuesto cubrirá los requerimientos de proteínas con un buen valor biológico y alrededor del 66% de micronutrientes respecto a las necesidades medias estimadas.

Podrán utilizarse, de ser necesario, otros aditivos naturales para lograr las propiedades tecno-funcionales y sensoriales requeridas según el tipo de producto final que se desea desarrollar. 

Añón adelantó que “las materias primas granarias serán procesadas haciendo uso de las tecnologías disponibles y de las plantas piloto que posee el INTI 9 de Julio para  obtener los productos derivados más adecuados para la formulación de las harinas funcionales compuestas, tales como granos popeados, harinas crudas y tratadas térmicamente, harinas pregelatinizadas,  texturizados, etc. de acuerdo a las necesidades de formulación y desarrollo de los productos, sus usos y aplicaciones finales y sus características nutricionales y sensoriales”.

¿Para qué servirán estas harinas funcionales compuestas? Desde el CIDCA aclararon que pueden ser empleadas en la elaboración de alimentos adecuados y de preferencia de la población materno-infantil, como fideos de pasta corta, papillas para el inicio de la alimentación complementaria, sustitutos cárnicos y hasta galletitas. Para ello se utilizarán además ingredientes como vegetales deshidratados, aceite vegetal y condimentos.  

El proyecto prevé finalmente una etapa de optimización,  a escala piloto y semi-industrial, de las tecnologías necesarias para obtener las harinas funcionales requeridas para la formulación y elaboración de los distintos productos, que luego podrán ser transferidas a la escala industrial y comercial a potenciales empresas adoptantes”.

El desarrollo de este proyecto requiere de la suma de distintos conocimientos y capacidades específicas por lo que se han unido tres grupos provenientes de diferentes instituciones:

- Departamento de Valor Agregado a la Producción Primaria – INTI – sede 9 de Julio

- Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas – IDIP (CIC-Hospital de Niños Sor María Ludovica, La Plata)

-Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación en Proteínas Alimentarias (LIDiPA) del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CONICET – CIC – UNLP)

Estos grupos cuentan con gran experiencia en el desarrollo de procesos y productos, nutrición materno-infantil y propiedades tecnofuncionales y biofuncionales de componentes alimentarios, respectivamente. Por otra parte, esta alianza interinstitucional permite contar con la infraestructura necesaria para la implementación del proyecto desde el laboratorio hasta la etapa industrial.

El desarrollo del CIDCA fue uno de los doce trabajos elaborados por científicos de la Universidad Nacional de La Plata seleccionados en el marco de la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” impulsada por los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y de Desarrollo Social, junto al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.

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